Hay quienes dicen que los milagros no existen, yo entre ellos, porque la gente por milagro entiende la acción divina... No creo en los milagros de "Dios", creo en los milagros de la vida, de la naturaleza, del azar... Cada instante de nuestra vida es un milagro. Para estar donde estamos y ser quienes somos se han tenido que dar millones de eventos sujetos al azar, remontándonos hasta el mismísimo Big Bang. No somos más que probabilidades infinitesimales. Cada segundo es un regalo tan gigantesco que deberíamos estar obligados a vivirlo con tanta intensidad como nos permitiese nuestro ser, como si fuera el último.
Cada instante que vivimos nos hacer ser lo que somos, cada error que cometemos, pero también cada acierto. Todas las lágrimas, todas las risas van forjando nuestra personalidad hasta llegar al día de hoy; y lo que hagas el día de hoy forjará tu "yo" de mañana. Por eso no debemos desaprovechar nuestro tiempo, porque nos ha sido concedido a nosotros, y sólo a nosotros, para usarlo... Da igual lo que hayas sufrido, siempre habrá un motivo por el que salir adelante. ¿Rendirse? ¿Qué consigues rindiéndote? No es cuestión de cobardía, es cuestión de ganas de luchar, de ganas de salir adelante. Si no lo consigues a la primera da igual, consíguelo a la decimotercera, pero lucha por lo que quieres, ten el coraje de usar tu tiempo en ser feliz y luchar por serlo. Si la vida te da palos, ¿qué coño? ¡Cógelos! ¡Palos gratis! Experiencias de las que saldrás más sabio. Pero ten el valor de vivir.
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