sábado, 20 de abril de 2013

Mi fe

No sé a estas alturas qué podríais pensar de mí a cerca de la fe, la verdad es que ni yo mismo lo sé, sólo sé que en cierto modo envidio a las personas capaces de creer en un ser supremo que vela por nuestras vidas. Y tengo envidia porque esas personas se refugian en ese ser, creen que ese ser les protegerá, que cuidará de ellos y que les hará bien. Es una buena forma de aislarse de los problemas y seguir siendo felices, simplemente confías en que "algo" los solucionará por ti y no te enfrentas a ellos. Para mí la fe no existe, es decir, no confío mi destino en ese gran ser; el porqué es muy simple: si quieres algo hazlo tú mismo. Lo siento pero soy incapaz de creer en un ser supremo bueno que permite la gran cantidad de desgracias que hay día tras día, y aquí es cuando la gente dice que "los caminos del señor son inexpugnables" y que "si algo pasa, bueno o malo, tiene su motivo, dios no permite cosas malas porque sí" (en este momento sonrío hacia dentro, porque reirme en la cara de estas personas sería irrespetuoso). No sé hasta qué punto están en lo cierto, pero sinceramente, ese ser tan bueno y tan omnipotente creo que no lo es tanto. 

Quizás ese sea el motivo por el que no puedo creer en él, por eso y porque siempre he creído que si quieres resolver algún problema, sea con alguien o contigo mismo, debes actuar tú, y no dejar que otros actúen por ti, y mucho menos debes aislarte del problema, porque por mucho que nos encerremos en nuestras burbujitas, cuando salimos de ellas los problemas siguen ahí, y ni Dios, ni Alá, ni Yahvé, ni Buda habrán intervenido para solucionarlos. ¿Milagros? Bueno, hay eventos producidos por un cúmulo de casualidades, pero es bonito decir milagro. Es curioso cómo atribuimos los sucesos buenos a obras de estos seres divinos y cómo los malos no, cuando realmente si estos seres fuesen tan bondadosos y perfectos no los permitirían. Sé que no es la entrada más profunda que haya podido escribir, estoy escribiendo las cosas sin adornos gramaticales, tal y como se me pasan por la cabeza. Este tema me toca tanto las narices que sólo puedo escribir sobre él exactamente como sale de mi ser más profundo. 

Supongo que algún día que me encuentre mucho más cabreado al respecto escribiré sobre él de una manera más profunda...

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