martes, 21 de mayo de 2013

En paz

Sentir el viento en la cara, en las piernas, sentir el aire ventilando tus pulmones, sentir la tierra bajo tus pies, la gravilla crujiendo con cada paso, con cada zancada... Sentir el agua mojar tus labios tras recorrer un camino sediento, sentir su frescura en tu cara acalorada... Sentir el frío y dulce tacto de un césped de atardecer. Sentirte libre, sentirte fresco, sentirte nuevo por dentro. Son las maravillas que tiene salir a dar una vuelta, a correr para despejarse. Aunque no hay que sobrevalorar las pequeñas cosas, está bien darles importancia y ayudarnos en ellas. Un paseo por el parque más cercano a tu casa, como yo esta tarde, la imagen es del parque de mi barrio... Un poco de ejercicio para despejarse después de un duro día... No hay nada mejor.


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